martes, 2 de febrero de 2016

Por que haces lo que haces


Esta es una pregunta muy importante debido a que los resultados que obtengas de tus acciones dependen directamente de la intención que tienes para hacerlas.



Existen muchas posibles rutas para llegar a tus metas. Algunas te llevarán directa y rápidamente hacia donde quieres, pero otras rutas pueden resultarte infructuosas y hasta tormentosas. Por eso es bien importante que sepas cuál es el motor que te impulsa a hacer lo que haces.

Dos personas pueden hacer las mismas cosas, pero si tienen un motor distinto, llegarán a conseguir resultados distintos. Si tienen el mismo motor podrán  llegar al mismo resultado por distintas vías.

No nos hacemos este tipo de preguntas cuando las cosas van bien, pero cuando experimentamos dificultades o cuando encontramos inconvenientes en la obtención de algo que deseamos, el punto de partida para modificar esa situación comienza analizando cómo es que creamos eso.

Si deseamos superar algo, es necesario hacer alguna modificación al camino que nos ha llevado hasta ese lugar. De lo contrario, volveremos a crear lo mismo una y otra vez. La vida parece muy interesada en impulsarnos a crecer.

Esta pregunta aplica tanto para saber por qué llegaste a crear algo que no deseabas, como para tener certeza de que podrás tener éxito en algo nuevo que estés iniciando.

Si no te ha resultado el negocio que iniciaste con tanto entusiasmo, puedes analizar cuál fue el motor que te movió para arrancar. Quizás tu objetivo principal fue generar mucho dinero y olvidaste la promoción, la calidez y otros detalles necesarios para ofrecer tu producto o servicio. O quizás olvidaste que tenías que disfrutarlo en todos sus aspectos.

Si quieres iniciar algo, una carrera universitaria, una relación de pareja, un nuevo proyecto, un trabajo nuevo o cualquier cambio en tu vida, piensa en el motor que te está incitando a hacerlo.

Me he dado cuenta de que cuando hacemos algo con un “por qué” de carencia, ese algo que conseguimos sigue proyectando la misma carencia. En cambio, cuando nuestro motor está libre de necesidad y solo se basa en el placer de la expresión genuina de nuestro ser, las cosas resultan bastante más agradables y fluidas.

La nueva era está acelerando los resultados de nuestros pensamientos y demasiadas veces no somos conscientes de nuestras verdaderas intenciones. Muchas veces no nos percatamos que nuestros “por qué” están contradiciendo lo que queremos lograr.

El camino se hace mucho más largo y difícil cuando pensamos que tenemos que perseguir algo que se encuentra a fuera de nosotros, ya sea, dinero, amor, paz. Y todo se hace mucho más fácil y sencillo cuando tenemos la certeza de que aquello que necesitamos ya existe dentro de nosotros y que solo se hace necesario dedicarnos a sintonizarlo.

Si nuestro “por qué” se encuentra cargado de ansiedad y angustia, será lanzado al universo con un peso extra que no le permitirá sobrevivir. Si nuestro “por qué” es liviano, natural, alegre, desprendido, altruista, tendrá más energía para volar y llegar a buen puerto.

Un buen “por qué” es: “porque quiero”.

Patricia González

Envía tu consulta a patricia@evolucionespiritual.com, responderé lo más pronto posible. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

PUBLICA AQUÍ TU COMENTARIO
¡ GRACIAS !