Hemos venido voluntariamente a este mundo a soñar un sin fin de experiencias, algunas agradables y otras no tanto. El tipo de situaciones que vivimos está directamente relacionada con el grado de olvido de lo que somos, mientras más olvidamos lo que somos, más complicadas y dolorosas nos parecerán nuestras experiencias.
Afortunadamente y por cumplimiento del plan divino, la humanidad está recobrando la memoria en forma masiva. El camino ha sido largo y difícil, pero ya se advierte claramente que estamos dispuestos a crearnos una vida centrada en el amor universal, de vuelta a lo que es nuestra real naturaleza. Aun tenemos camino por delante, aun estamos en pleno recorrido, aun nos queda mucho por recordar, estamos en los atisbos de la realidad, pero estamos avanzando y eso es lo más importante ahora.
Aunque a veces estemos rodeados de tantos inconvenientes o estemos en medio de una situación muy complicada, podemos recordar de dónde venimos, hacia donde vamos y quienes somos. Por creación divina hemos recibido dones maravillosos y aunque no los recordemos, los llevamos dentro de nosotros porque no se pueden perder, tienen un carácter eterno. Podemos resistirnos a ver lo que se nos ha dado, podemos seguir vagando cansados, extraviados, derrotados, desesperanzados, sufrientes y a veces tan confundidos en la miseria y la pobreza, llevando consigo el más grande tesoro jamás creado.
Si por un segundo recordáramos lo que somos, quien nos creo y lo que se nos ha dado, todo se volvería dicha en un solo instante, reconoceríamos nuestra inmensa libertad de inmediato. Somos una creación con poderes ilimitados, creamos el mundo que vemos en un holograma de luz, podemos hacer milagros, podemos sanarnos a nosotros mismos, somos hijos del amor, divinos y eternos.
No ha sido Dios quien nos ha hecho olvidar lo que somos, nosotros hemos elegido olvidarlo. Dios nos ama aunque queramos olvidar absolutamente todo lo que nos ha regalado. Podemos creer que somos impotentes, pero no lo somos. Somos los creadores de nuestro mundo y hemos querido jugar este juego que puede terminar cuando queramos volver a recordar quienes somos.
Tu olvido hace que los que te rodean también lo olviden. Tus hijos, tu familia, amigos y toda la sociedad se afectan si aceptas el olvido. Hoy puedes pedir que tu mente sea aclarada y alivianada de las falsas ideas sobre ti mismo. Si lo haces, te sentirás empoderado, dichoso y brillarás con toda tu luz. Todos los que te rodean lo verán en ti y la sociedad completa podrá cambiar. Todos podemos aportar, si uno acepta recordar, los demás lo harán también. ¡Es tan importante!
Podemos agradecer la oportunidad de recordar aunque aun no veamos cómo es la realidad en todo su esplendor y reconocer la posibilidad ahora mismo si queremos. El universo entero está esperando que lo hagamos. El universo no tiene interés en que sigamos vagando y sufriendo. El universo espera que podamos recordar lo más pronto posible, para conectarnos con nuestra divinidad. Ya no es digno de nosotros sentir la separación con nuestros hermanos y sentirnos solos estando conectados con la fuente y siendo parte de la fuente.
Mírate, eres maravilloso, puedes crear todo lo que quieras, puedes elegir seguir siendo una víctima miserable mientras tus poderes van caminando dentro de ti y junto a ti. Puedes aceptar y reconocer que tienes los dones que Dios te ha dado. Si sufres, solo es por tu elección, solo tú decides crucificarte a ti mismo, Dios no quiere eso para ti, solo lo has deseado tu. Eres libre, aunque creas que estas prisionero, porque no quieres reconocer quien eres y quien es tu padre. Dios no te ha negado los regalos que te dio, tú has querido olvidarlos.
Solo tus propios pensamientos te pueden hacer daño, puedes creer cualquier cosa y desconocer lo que eres. Has creado una falsa imagen de ti, has sufrido pensando que no tenias otra posibilidad, no has recordado que el sufrimiento no te fue regalado por Dios. En realidad ni siquiera tienes nada especial que hacer, ya todo está hecho, solo te queda reconocer que todo ha estado perfecto siempre. Puedes decidir no hacerte más daño a ti mismo.
Todos tus sufrimientos acumulados forman tu pasado, pero esos sufrimientos no te corresponden y los puedes detener ahora mismo. Puedes dejar de crearte más dolor y entender que si creíste sufrir solo fue porque lo aceptaste de esa manera y solo porque no entendías el juego.
Hoy podemos recobrar la serenidad, la dicha y el amor. Nunca hemos hecho nada malo, todo era parte del juego. Podemos crearnos un futuro distinto del pasado. Dios es amor y todo lo que ha creado es amor, el resto son inventos mentales nuestros.
El libro Un Curso de Milagros dice: “La dicha y la paz no son sueños vanos. Tienes derecho a ellos por razón de lo que eres. Te llegan procedentes de Dios, quien no puede dejar de darte lo que Él dispone”.
Patricia González
Tu coach para realizar los cambios que deseas
Si deseas recibir nuevas publicaciones sobre temas espirituales, registra tu e-mail en la parte superior derecha del blog: http://espacioyovivo.blogspot.com
Correo: patricia@yovivo.cl
Hola Patricia,estoy deacuerdo con todo pero me queda una duda. Las cosas malas que nos pasan,realmente las deseamos nosotros???
ResponderEliminarAngeles, gracias por tu comentario.
ResponderEliminarEn niveles mas altos de conciencia, cada cosas que nos pasa en bien venida y son ni buenas ni malas. Cuando pensamos que son malas es porque no se ajustan a lo que esperabamos, pero no porque sea malo.
Si ajustamos nuestro foco y aumnentamos la fe en nuestras capacidades, todo resulta siempra tal cual esperamos.
Todo lo creamos nonotros, solo que a veces no nos hemos entrenado lo suficiente como para encontrar la ruta que nos agrada y de eso se trata la vida, de descubrirla.
Bendiciones