miércoles, 9 de noviembre de 2011

Y si dejamos de sufrir



Hemos vivido muchas de nuestras experiencias sufriendo, a veces, sufriendo mucho, demasiado.

El que no ha estudiado en la educación formal sufre por ello y anhela que sus hijos puedan hacerlo para evitarles la inmensa cantidad de inconvenientes que ellos han tenido en su vida a causa de esa condición. Los que están estudiando a veces sufren porque sus padres están haciendo un gran esfuerzo y desean salir muy pronto para poder ser titulados y cumplir con sus expectativas.  Los que ya se han titulado pueden sufrir porque no encuentran trabajo o porque han tenido que trabajar en algo que no se relaciona con lo que estudiaron. Los que ya están trabajando pueden sufrir por que sus salarios no son suficientes o sufren por el trato que reciben de sus colegas  o jefes. Los que no tienen trabajo sufren porque no lo tienen y los que trabajan sufren porque quisieran tener un  premio y no volver nunca más a sus lugares de trabajo. Algunos sufren porque ya no quieren su trabajo dependiente y quisieran encontrar una actividad independiente y mejor remunerada.

Los que están solos sufren porque no encuentran pareja. Los que tienen pareja sufren porque no es lo que querían. Los que estando casados y quieren separase sufren porque no se atreven. Los que perdieron su pareja sufren por quedarse solos. Los que no tienen hijos sufren por no poder tenerlos. Los que tienen hijos sufren porque no pueden darle todo lo que quisieran o porque tienen problemas con sus conductas. Los que les dan todo a los hijos sufren porque ellos no la han agradecido. Los que son abandonados por sus hijos sufren por su desprecio. Los que no han tenido a su padre sufren por haber crecido solos y desamparados. Los que han tenido padres abusivos sufren por el daño causado.

Los que son pobres sufren por no tener más. Algunos ricos sufren por no tener amor. Algunos que tienen amor sufren porque no tienen dinero.  Algunos que tienen mucho dinero lo darían todo a cambio de la felicidad. Algunos pobres creerían ser felices si fueran ricos. Algunos pobres son felices en su pobreza porque los ricos son malos. Algunos pobres sufren su pobreza creyendo que no pueden optar por cambiar su condición.

Los enfermos sufren por sus dolencias. Algunos que están completamente sanos sufren de vicios para olvidar sus pasados dolorosos. Los que son impedidos sufren por serlo. Algunos estando completamente sanos sufren porque creen estar impedidos. Algunos estando completamente libres creen ser esclavos de ciertas circunstancias.  Algunos estando completamente sanos sufren porque creen estar enfermos.

¡Que locura¡

Si estamos disponibles para sufrir y seguir sufriendo, tenemos todos estos ejemplos y mucho más.  Pero ¿qué razón tenemos para ello? Ninguna.

Hemos estado tan acostumbrados a sufrir, que hemos confundido el sufrimiento con una virtud. Nos parece que mientras más sufrimos mas apoyo recibiremos y nos sentimos mas unidos en el dolor que en ninguna otra circunstancia. Hemos aceptado sufrir por miles de razones que no merecemos.

Por eones de tiempo hemos vivido todo esto y aun mucho más, miles de situaciones que ahora nos parecen inimaginables. Cada cual ha tenido lo suyo y cada cual ha salido adelante como ha podido. Hemos vivido en el escenario de la tragedia y hemos participado en muchas y variadas películas. El caso es que ninguna de esas películas es la verdad. La verdad se encuentra por sobre todo esto.

En estos hermosos tiempos podemos elevar la mirada, elevar nuestra conciencia y comprender que todo el juego puede terminar al comprender que nuestras historias de sufrimiento no corresponden a lo que somos.
Si tomas tu película y utilizas un filtro que no deje pasar el miedo, el sufrimiento y el drama, puedes ver lo te queda. Te quedas con una situación neutra, con todas las posibilidades en la mano, con la alternativa de elegir un nuevo desenlace solo por la dicha de experimentar.

El que no estudió antes puede hacerlo ahora. Los hijos tienen más acceso a los estudios formales   porque lo hemos ido consiguiendo entre todos y podemos avanzar mucho mas elevando la calidad de la educación. Puedes crearte el trabajo que nececitas, si amas lo que haces serás inmensamente dichoso y muy bien recompensado, nunca te faltará. Si comprendes que nadie te puede hacer sufrir porque eres invulnerable, jamás tendrás problemas con nadie y serás grandemente estimado por los demás y te buscarán para que trabajes con ellos. El  amor de pareja puede triunfar si existe la voluntad y si no fuera posible, tendrás la dicha de volver a intentarlo nuevamente con más decisión aun. Si no tiene hijos los puedes tener si lo deseas. Si tienes hijos y los amas y honras, jamás tendrás problemas con ellos y crecerán en armonía. Si has tenido vivencias doloras de infancia las puedes olvidar y crearte una nueva vida ahora. Los enfermos no son indefensos, ellos pueden sanarse a si mismos, solo hace falta amarse mucho.

El universo nos da tantas posibilidades para crear, para manifestar y encontrar los recursos que necesitamos, que sufrir por no encontrarlos está demás. Mejor es invocarlos para verlos.

Ya es hora de entender que no es necesario seguir creando mas desgracias. Podemos dar un punto final, podemos todos unidos en una mente colectiva tener una  nueva conciencia que limpie todo nuestro pasado y hacer una nueva vida.

Todos anhelamos volver a casa y no podremos entrar allí cargados de dolor y sufrimiento. Todos los que han llegado allí, han tenido que abandonarlos en algún momento.  No es posible que las puertas del cielo se abran para los que aun están cargados y cansados, eso no existe allí.

Patricia Gonzalez.
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