Cuando tienes un sueño por cumplir, especialmente cuando tu sueño ha sido anhelado por largo tiempo, sientes que existe una distancia entre tu estado actual y el estado que sentirías estando dentro de tu sueño realizado. Esta distancia pudo ir creciendo día a día, corriendo el tiempo en contra de su manifestación y hasta es posible que el tiempo haya hecho aumentar esta distancia a tal magnitud, que es probable que ya comiences a olvidarlo.
En realidad no es el tiempo que mata nuestros sueños, somos nosotros quienes dejamos nuestros sueños en manos del tiempo, a quien no le corresponde hacerlos realidad. El tiempo es un recurso disponible y él por si mismo no puede hacer gestión, solo nosotros podemos, utilizando el tiempo.
Los sueños nacen en el centro del corazón y nacen para que los hagamos realidad, para que trabajemos con ellos, para buscar los caminos, para entretenernos hasta desvelarnos. Nuestros sueños nos mueven, nos impulsan, nos llevan, nos tiran, nos atraen y nos sentimos dichosos cuando los vemos allí realizados. Son ellos los portadores de nuestras alegrías mas grandes, ¿porqué abandonarlos?
La distancia que ves entre tu estado actual y el estado que sentirías estando dentro de tu sueño realizado, se puede detener para que no siga en aumento, además se puede hacer que esa distancia disminuya y que hasta desaparezca. ¿Lo puedes creer?
A simple vista, esa distancia, parece insalvable, parece muy difícil escalar para subir a donde nunca has estado, y además parece más difícil ahora que te sientes cansado y agotado de aquellos varios intentos que ya hiciste. Esas imágenes mentales hacen que ni siquiera lo intentemos nuevamente, un esfuerzo más y parece agotador. Además están las experiencias de tantos fracasos anteriores que nos miran y nos recuerdan lo difícil que es.
Sé de qué se tarta, he estado allí por mucho tiempo y recién comienzo a comprender: nada de esfuerzos, el secreto está justamente en dejar de hacer esfuerzo. Hacer esfuerzo significa hacer algo a presión, mantener o sostener algo funcionando y lo que aun es peor, muchas veces saltamos para poder alcanzar algo. Eso es cansador y es la principal razón por la que ni siquiera consideramos la posibilidad de enfocarnos en nuestros sueños. La sola idea de que podamos enfocarnos en alcanzar los sueños nos agota.
Si te digo que nada de esto es el camino, si te digo que es posible enfocarnos en nuestros sueños soltando y no haciendo fuerza ¿me creerías?.
Imagina que sueltas los inconvenientes, imagina que ya no tienes esa limitación, imagina que ya no tienes esa timidez, imagina que ya no te sientes menos, imagina que descansas y que tu mente se vuelve muy creativa, que se te ocurren ideas geniales, que tropiezas justo con lo que andabas buscando y que las cosas se dan fácilmente.
Soltar es el secreto y no el esfuerzo por alcanzar, cualquiera de nosotros está capacitado para soltar y descasar, en cambio un esfuerzo cansa a cualquiera.
Uno de los más grandes inconvenientes surge de la confusión de creer que para alcanzar nuestros sueños debemos aumentar nuestra fuerza, nuestra lucha, la disputa por el reconocimiento de los demás, más estatus, más estudios y tantas otras cosas propias del ego. Sin embargo ese camino nunca dará verdaderos frutos, si los alcanzas siempre estarás temeroso de perderlo todo y te desgastarás en mantener las condiciones estables, lo mas estables para que tu proyecto no se vea afectado y entonces sentir que tienes el control, en parte, porque en realidad jamás podrás tener el control absoluto, porque eso no es posible. Nunca podremos controlar la vida.
Si entonces, para crecer y realizar nuestros sueños no es necesario todo esto ¿Qué es lo que debe crecer en nosotros? Debe crecer en nosotros la claridad de que somos hijos de una maravillosa fuente inagotable de ideas, creatividad, dones, energía y el pleno poder para dominar en el cielo y en la tierra. Se nos ha dado el poder para utilizar esa mente sabia, generosa y amorosa de la que somos parte y que se encuentra dentro de nosotros siempre, en todo momento y en toda situación. Todo ese poder de realización y creación está dentro de nosotros, solo es necesario soltar los inconvenientes que nos impiden reconocerlo. Lo único que tiene que crecer en nosotros es la facilidad de soltar las ilusiones de las limitaciones e ir reconociendo todo lo que podemos hacer sin esas limitaciones. A veces se requiere años para desprendernos de las ideas limitantes, pero sin duda, el solo comienzo ya te hace sentir mas descansado y la claridad comienza a iluminarte y te das cuenta de que todo te pertenece por derecho propio y por gracia, y que si no aceptas tus sueños para crearlos es porque estas en medio de una arrogancia increíble que te hace negar los regalos que Dios padre madre nos dieron a todos en demasía.
Solo a nosotros se nos podría ocurrir decirle a nuestros sueños: no, no alcanzo, no puedo.
En los niveles superiores esto es gracioso.
Patricia.
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