En algunas ocasiones podemos entretenernos
en recuerdos de lo que pudo ser y no fue, de lo que pudimos hacer y no hicimos,
en lo que pudo suceder y no sucedió. Estos recuerdos no pueden ser borrados y
tampoco pueden ser revertidos, pero pueden darnos algo de mucho valor.
El valor que tienen las experiencias
pasadas, tanto las agradables como las desagradables, son verdaderos tesoros que
llegan a ti para señalarte el camino mas adecuado, para darte indicios y luces
para redirigirte. Pocas veces atesoramos aquellas pistas maravillosas que el
universo nos regala y que ayudan a tomar la decisión de corregir nuestra
brújula interior.
Cuando algo no ha funcionado, existen
sólidas razones para que eso sucediera así. Puede ser posible que no tengas
acceso a esa información de manera consciente en este momento, pero si te
reposas, meditas y afinas el oído, posiblemente puedas escuchar perfectamente
de qué se trata esa situación.
La mayoría de las veces, cuando algo
desagradable nos sucede, hacemos la siguiente pregunta: ¿por qué me ha pasado
esto? Esa es una muy buena pregunta, pero pocas veces buscamos la respuesta verdaderamente
y otras tantas veces buscamos en el lugar no adecuado. Además, lo que puede ser
aun peor, lo hacemos desde la perspectiva de que algo malo nos alcanzó para
derrotarnos.
Todo evento no deseado, que dependa
de nuestras acciones, se manifiesta cuando no hemos estado lo suficientemente
alineados a nuestro bien, cuando alguna parte interna de nosotros se ha
resistido y no hemos sido conscientes de esta separación.
Estamos en un camino de reconocimiento
de lo que somos y es natural que estas divisiones se produzcan en nosotros
mientras aprendemos a alinear las energías en un punto suficientemente
concentrado como para conseguir el éxito de nuestras preferencias.
Cada vez que las cosas funcionan de
manera contraria a lo que esperamos, se habrán sucedido una o varias oposiciones
internas que provocarán ese desenlace. Si pudiéramos ver esas oposiciones
físicamente frente a nuestros ojos, resultaría divertido aspirar a desafiarlas,
pero como no están tan visibles, el juego deja de presentarse entretenido y
hasta puede resultarnos un tormento.
Que no podamos ver las causas de los
eventos desagradables, no los convierte en desagradables. Es entonces cuando
entra en juego nuestra percepción, las sensaciones, los puntos de vista y
nuestra interpretación personal. En realidad no es el evento en si mismo lo que
puede generarnos angustia o dolor, sino mas bien, el hecho de no poder observar
el espectro completo y amplio de lo que realmente está sucediendo.
Es deseable llegar a conocer la raíz
de todo aquello que no nos está funcionando como quisiéramos, pero no es
imprescindible. Si ya sabemos que, con el solo hecho de conocer la causa de lo
que sucede podemos convertir cualquier situación en una experiencia entretenida,
bastará con ceder a esa necesidad de querer explicarlo todo y quedarse en paz
sabiendo, que sea lo que sea, todo está muy bien y perfectamente desplegado,
tal cual como lo dictan las leyes naturales.
Las leyes explican cada suceso, pero
la necesidad de contar con la explicación exacta puede interferir en la
utilidad que tienen esos eventos. ¿Podrías sentirte tranquilo y confiado en
medio de algo inesperado?
Te resultará más provechoso guardar
la calma y el temple para afrontar situaciones desafiantes más que cualquier
otra actitud. La paz interior te ayudará a descubrir el tesoro escondido detrás
de esa situación con mayor facilidad o podrás superarla aun sin darte cuenta de
todo lo que has tenido que ascender internamente.
La calma y la paz no son sinónimos de
quedarse detenidos en un estado derrotado donde todo ha acabado. Se trata de un
estado de recogimiento, donde se consigue sosiego y armonía interior contigo
mismo, cualidades que seguramente habías perdido poco antes de haberse presentado
tu situación actual. ¿No seria por esa misma razón que todo sucedió?
La vida siempre te vuelve a presentar
una nueva oportunidad para recuperar el equilibrio interior tan necesario para
que camines por senderos llanos, serenos y felices. Si te desconectas, ella te
lo señala y te lo hace saber por medio de los resultados que estas obteniendo
en tu vida cotidiana.
Si consigues un estado de escampada,
estando en medio de un desafío en particular, ganarás energía a tu favor que
luego te servirá de impulso para un nuevo movimiento, distinto a los que venias
haciendo. Nadie puede obtener mejores resultados repitiendo lo mismo y sin
mejoras.
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A veces la
vida te presenta situaciones difíciles de superar para ti, en las áreas de
salud, económica y/o relaciones. Sabes que estas situaciones las creas tú, pero
hasta la fecha no has podido comprender, como es que las estas creando, no
encuentras una salida y te gustaría que alguien pudiera ayudarte a ver como
salir de allí.
Patricia González.
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