lunes, 23 de enero de 2012

El producto de tu fe




La fe es necesaria cuando estamos en esta dimensión. Debido a que con los ojos físicos no podemos ver la inmensidad de lo que somos, es importante contar con una luz superior que nos ayude a avanzar. Todo ser humano siempre tiene la necesidad de avanzar de un estado a otro, es nuestra naturaleza. Cuando nos quedamos detenidos se producen inquietudes internas que a veces nos hacen sentir muy mal. Para movernos necesitamos ver el camino, sin camino a la vista es difícil avanzar. Si centramos nuestras fuerzas solo en la visión que los ojos físicos nos aportan, estaremos contando con muy poca ayuda, ya que la verdadera visión se encuentra en planos más elevados. Entonces, sin la verdadera visión, andamos como ciegos, caminando sin rumbo, perdidos, complicados, sin guía, a la deriva, desprotegidos, inseguros, temerosos, llenos de dudas y angustiados. Todo aquel que no levanta la mirada se sentirá extraviado.

Cuando miramos solo con los ojos físicos tenemos una visión muy estrecha de la realidad. Una mirada estrecha nos hace sentir acorralados, una mirada elevada nos dará amplitud para movernos. Cuando no tenemos conciencia de un panorama más amplio, nos preguntamos cómo, cuándo y dónde hacer, algunas veces con cierta desesperación. Algo interno nos llama a movernos aun sin conocer el camino, somos eternos buscados de la dicha y anhelamos  ver la senda que nos lleve hacia la meta final. Generalmente no buscamos directamente la fuente de la dicha, más bien buscamos a quienes nos señalen el camino a la fuente, para que nos guíen, que nos digan los pasos, que nos den su secreto y nos lleven de la mano y nos digan; “mira, aquí está la fuente de la dicha” y nosotros los eternos buscadores, teniendo la fuente delante de los ojos no podemos verla ni disfrutarla. Entonces nos dicen: “busca dentro de ti, allí está la fuente, yo la encontré dentro de mí”. Entonces nos preguntarnos, si ellos también estaban ciegos antes ¿Cómo lograron ver?

¿Cuál es la técnica para ver lo que no se puede ver? La respuesta es la fe. Cuando el ser humano comprende que es más que un cuerpo físico, puede tener acceso al mundo de la fe. La fe es necesaria y útil solo cuando comienzas a buscar más allá de lo que ves, porque ver en medio de la nada es un milagro y la fe abre las puertas a ese milagro. Este es el único medio que te permite trascender tu realidad física. Por medio de la fe te lanzas a lo desconocido, a buscar algo que solo presientes, algo que aun no puedes ver en ti,  ni en tu realidad. Es el puente entre lo visible y lo invisible, entre lo que ahora no es y lo que puede ser, entre lo que falta y lo que puede llegar a ser. Es una promesa interna de la que no tienes una certeza física para observar, es un salto entre lo que no existe y lo que puedes crear. La fe te hace dar ese salto cuántico y mágico a un mundo que nunca has vivido aun, del cual solo tienes una idea, un presentimiento, un atisbo, una ensoñación. Entonces la fe es el medio para llegar al cielo.

Todo ser humano que ha tenido una respuesta gracias al primer paso de la entrega en la fe, recibe la certeza. Cuando tiene la certeza de lo que es, puede utilizar la fe para todo lo que quiera y su fe es fortalecida para nuevos descubrimientos. La fe es el primer paso para hacer los cambios internos.

Si algunas veces, nos lanzamos con un propósito sustentado en nuestra fe y éste acto no nos aporta los frutos esperados, podemos debilitar nuestra fe. Cuestionamos nuestra fe. Cuando te mantienes en el tiempo sin recibir los frutos que esperas por medio de la fe, te puedes llegar a sentir defraudado a causa de la espera infértil y puedes dudar de todo, no tan solo de la fe. Puedes llegar a dudar de la existencia, de lo divino, de las demás personas, de tus esfuerzos, de ti. Tu fe se puede debilitar a tal extremo que puedes llegar a la depresión, que es nivel más bajo de la fe y el suicidio el nivel donde no queda fe.

La fe te da el impulso que te hace mover de un  lugar a otro, de una situación a otra, de un logro a otro diferente, aun sin saber cómo llegarás. La fe te dice que existe la posibilidad y te impulsa  a saltar, te deja listo para partir, te ayuda a preparar la maleta, te deja en la puerta, te abre la puerta y te despide con un fuerte abrazo deseándote el éxito en la aventura. Si tienes éxito  agradecerás eternamente a tu fe haberte ayudado a dar ese paso. Cada vez que logras un objetivo por medio del impulso que la fe te aportó, darás testimonio de eso a todo aquel que te rodea. Tu fe se verá fortalecida.

Sin embargo, si no llegas a conseguir tus logros, es posible que debilites tu fe.  Que tangas éxito depende de tantas cosas, puede haber muchos obstáculos, puede haber muchos juicios y prejuicios, puede haber tanto que te influya negativamente en tu aventura y puedes llegar a arrepentirte de haber iniciado ese camino. Culpar a la fe por los obstáculos que encontramos solo nos debilitará. En realidad no existen los obstáculos. Si en medio de tu aventura encontraste un obstáculo que te parece insalvable para lograr tu objetivo, es hora de volver a utilizar la fe y no es la hora para dudar de la fe.

La fe te ayudará a volver a iniciar otra partida, la partida para sobrepasar el obstáculo que has encontrado en medio de tu viaje. Ella volverá a decirte que sigas aunque no veas cómo se resuelve esta situación. Nuevamente te abrazará, volverá a preparar tu maleta y volverá a abrir la puerta para que reinicies tu viaje.  Tú le puedes peguntar: ¿Pero otra vez?, y ella te dirá: “si, otra vez, hasta que llegues”.

Una vez que te acostumbras a contar con tu fe, tu camino se hará más fácil y liviano. Te sentirás mas seguro, sabrás que no hay problemas, que ella estará disponible todo el tiempo y te relajarás y avanzarás mucho más rápido. Descubrirás que la fe es el primer paso para llegar a la certeza. La certeza te mostrará la fuente de la dicha y sabrás que la has encontrado.  ¡Buen viaje!

Patricia González
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lunes, 16 de enero de 2012

Nuestra imaginación está disponible



La dificultad para imaginar libremente es uno de los grandes inconvenientes para el éxito de la creación deliberada. La imaginación es la capacidad de formar una imagen mental de algo que no es percibido por los sentidos. Es la capacidad de la mente para construir escenas mentales, objetos o eventos que no existen en el presente, pertenecen al recuerdo del pasado o imágenes del futuro.

La imaginación siempre influye en nuestra vida, en forma consciente o inconsciente. Tanto es así que es una de las técnicas mas utilizadas en el área deportiva, donde se prepara a la persona por medio de un entrenamiento mental para visualizarse alcanzando metas exitosas y con facilidad. El entrenamiento mental es muy impactante en la vida de las personas que lo practican correctamente. Nuestro cerebro no sabe distinguir si nuestras imágenes son las asimiladas de la realidad física o de la imaginación y por lo tanto lo podemos influenciar fácilmente a través de nuestra imaginación. Personalmente, me fascino asistiendo a una sesión de gimnasia virtual, luego de la cual siento los mismos efectos del ejercicio físico, las mismas sensaciones en los músculos y el bienestar del cuerpo al haber sido ejercitado.

Para tener buenos logros en la creación deliberada es recomendable ejercitar la imaginación en toda su amplitud, verbal, acústica y cenestésica. La persona tendría que ser capaz de introducirse  en la situación imaginada con todos sus sentidos, para sentirse dentro de la realidad que quiere materializar y su cerebro sea más fácilmente convencido de esta realidad.

La imaginación nos permite crear mundos nuevos, vidas nuevas. Es un don maravilloso que no estamos utilizando tan abiertamente. Nos permite hacer cambios que de otra manera seria imposible de realizar. Aprendemos por imágenes, creamos por imágenes, guardamos información por imágenes, toda nuestra vida depende de las imágenes mentales.

La importancia de la imaginación en la vida no ha sido considerada y valorada en toda su extensión en la educación formal de los niños. Las escuelas se han transformados en bloqueadores de la imaginación y favorecen en forma desmedida el aprendizaje por medio de la repetición y la memorización de materias. Cuando llegamos a ser adultos la imaginación ha mermado demasiado para que nos sintamos libres de crear en forma deliberada alguna nueva realidad. Esa es una gran dificultad. Muchas veces pregunto a mis clientes: imagina como puede ser esto o aquello y observo la dificultad para hacerlo.

Otro factor que nos impide utilizar la imaginación a nuestro favor es la gran cantidad de pensamientos negativos que aun somos capaces de compartir unos con otros, lo que nos permite utilizar nuestra imaginación para crear imágenes mentales pesimista o negativas en vez de agradables y felices.

Si nos prestamos atención, nos daremos cuenta que con mucha facilidad creamos desenlaces no deseados. Cuando incidamos algún proyecto, generalmente lo bombardeamos de posibles inconvenientes. El miedo se deja caer sobre nuestra imaginación y nos lleva directamente a imágenes de situaciones complicadas. Nuestra creación queda contaminada con eventos que no deseamos.

La baja certeza de que Dios espera que seamos felices hace que nuestra fe flaquee a la hora de hacer creaciones felices. Aun tenemos muy bajas las expectativas personales, aun pensamos que tener éxito no es para nosotros, aun no nos damos el pleno permiso para crearnos una vida más agradable.

Debido a esto, muchas veces utilizamos nuestra imaginación para recordar situaciones desagradables vividas en el pasado. Nuestra baja esperanza de merecer una vida feliz hace que nuestra mente divague eternamente en los recuerdos triste, dolorosos o de experiencias de fracasos anteriores y se nos hace inmensamente dificultoso imaginar que desde ahora en adelante podemos hacer cambios maravillosos. Nuestra mente sigue pegada en esos recuerdos y la imaginación nos queda corta para imponerse sobre esos recuerdos. Los recuerdos más dolorosos son los que tienen más energía y son los mas difíciles de transmutar, pero son justamente los que más nos pueden ayudar una vez que comprendemos su utilidad.

Es tan importante que más y mas personas puedan dar testimonio de las bendiciones que nos aguardan, para que los demás puedan sumarse a la nueva conciencia de bienestar y bendiciones. Los que siguen tendrán el camino más fácil. Las luces de los valientes que están en primera fila haciendo el trabajo más pesado de salir a alumbrar en medio de la oscuridad, son los portadores las nuevas vibraciones en el consciente colectivo.

Nuestra imaginación está disponible, podemos utilizarla a nuestro favor. Podemos a aprender a utilizarla para romper nuestras realidades no deseadas, esa es su función.

Patricia González
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sábado, 14 de enero de 2012

Utiliza tus dones espirituales.



Estando centrados en la tercera dimensión parecemos estar rodeados de una infinidad de problemas, unos más pequeños, otros muy grandes y algunos irreparables. Sin embargo, en un nivel un poco más elevado, todos nuestros problemas dejan de existir.

La tercera dimensión donde habitamos físicamente considera  el tiempo y el espacio. La cuarta dimensión es espiritual e infinita y no está limitada por el tiempo y espacio. Los seres humanos andamos de visita en la tercera olvidando que nuestras facultades espirituales se encuentran habitando desde la cuarta dimensión hacia arriba. Todo ser humano que se da cuenta de esto, puede moverse con mucha facilidad en la tercera dimensión, porque ha podido comprender que su reino se encuentra en otra parte. El ser humano que domina el plano tetradimensional dominará el tridimensional.

Todo lo que hacemos aquí en la tierra y todos los resultados que obtenemos están diseñados con anterioridad en una dimensión superior, aunque no nos demos cuenta de ello. Un accidente automovilístico no parece ser una creación nuestra, sin embargo, lo es. La muerte física y biológica que nos parece tan dolorosa y triste también lo es. Pero en planos superiores es solo una aventura y una experiencia, como quien se cambia de ropa. Somos eternos y nuestro espíritu se divierte en todas estas experiencias. Lo que para la tercera dimensión son experiencias traumáticas y dolorosas, en la cuarta dimensión es solo una aventura.

En estos tiempos cada vez son más las personas que pueden sentir la liberación y el descanso mental que significa instalarse conscientemente en la cuarta dimensión.  Si la vida se incuba en la cuarta dimensión no hay problemas, porque podemos diseñarla al gusto del consumidor. Se trata de aprender a usar nuestros dones espirituales, practicar el dominio de la creación consiente, de darse cuenta que no somos de aquí y que nunca vamos a morir.

Si todo se crea en los planos energéticos y solo se manifiesta en el plano físico, ¿Qué problema puede existir?  Si no tienes  trabajo, puedes sentarte silencioso en una silla y crearte el trabajo de tus sueños. Pero hay de quienes aun no dominamos plenamente este arte. Pasamos mil y unas experiencias dolorosas.

Dios nos ha regalado las capacidades espirituales y nadie puede decir que está impedido de adentrarse en su interior para encontrar lo que necesita, un amor, más dinero, sanar una enfermedad y tantos otros inconvenientes. Más que  nunca, en estos tiempos la humanidad se encamina rápidamente a instalarse definitivamente allí, en la espiritualidad de la cuarta dimensión.

Cuando creas tu vida desde el plano espiritual las cosas resultan tan sencillas que todo se mueve en base a milagros. Si quieres una pareja la puedes visualizar con todo detalle, sus rasgos físicos, su personalidad, sus gustos, si lo quieres cariñoso, apacible o con don de mando, que te regalonee o que necesite ser regaloneado y más detalles aun. Si te encuentras con los ojos puestos en la tercera dimensión no podrás verlo, lo único que veras será su ausencia y todos los días te levantarás sintiendo su ausencia y andarás por todos lados con un cartel que diga “estoy sola, él no está” y así es difícil que llegue. Si no creas el encuentro en tu zona espiritual, si no lo invitas, no puede llegar.

Si necesitas aumentar tus ingresos económicos y tienes tu mirada clavada en la tercera dimensión verás solo inconvenientes, todos los días ves la ausencia de bienestar, sientes que no puedes ir y venir libremente, que no tienes lo suficiente, que todo escasea, que la situación es complicada para todos, y mucho mas. Sientes que necesitas un trabajo para cubrir las necesidades básicas y es posible que encuentres un empleo que las satisfaga, sin embargo, no te sientes completo, porque no hemos sido creados para venir a este mundo a trabajar para vivir, ni para obtener alimento y cuidados a nuestros cuerpos. Hemos venido a vivir aquí para trabajar en nosotros.

Si levantas la vista al plano espiritual verás con claridad lo que necesitas para tu espíritu, un trabajo donde utilices tus dones naturales, donde puedas expresarte con todo tu  ser, donde te encante estar, donde trabajar mucho es un placer, donde las horas pasan volando, donde deseas que amanezca pronto para continuar, donde te llenas de energías y donde el dinero llega por añadidura. Este trabajo ideal lo puedes fabricar desde la cuarta dimensión, lo puedes idear con mucha exactitud y puedes escuchar los datitos que tu Ser Superior te dará para que lo encuentres, sin que tengas que ir personalmente a recorrer empresas, entregar miles de currículum o hacer muchas llamadas a tus contactos.

Si necesitas sanar alguna enfermedad y te elevas al plano espiritual, puedes verte completamente sanado y así será. Tienes absolutamente todas las herramientas para hacerlo. Es  necesario que escuches el mensaje de tu enfermedad y prestes atención al mensaje. Ella misma te dirá qué hacer, qué comer, cómo respirar, cómo descansar y hasta te ayudará a encontrar la técnica espiritual adecuada para tu sanación. Si te encuentras con los ojos fijos en la tercera dimensión, pensarás que esa enfermedad te calló del cielo, que por mala suerte tropezó contigo, que necesitas a alguien que te sane, que estas siendo víctima y que no puedes hacer mucho para mejorar.

Entonces, cuando estamos enfrentado una situación complicada podemos estar seguros de que será superado al elevar la mirada a las planos superiores.

Nuestro espíritu tiene el poder para resolverlo todo o nos da entendimiento para comprender algunas situaciones que nos parecen tan dolorosas de vivir. Solo hay que sentarse y elevarse hasta él para contactarnos con esa energía que hace milagros. Estando situados en los altos planos estamos más cerca de nuestro Ser Superior y de Dios y todo se convierte en un deleite.

Patricia González
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