Para muchas personas la palabra
“milagro” puede resultar muy lejana y digna de alguna esporádica situación
fortuita y afortunada que de repente alcanza a tocar a alguien. Sin embargo, si
hacemos memoria, todos hemos sido participes y creadores en varios milagros de
nuestra vida, especialmente cuando somos muy jóvenes.
Cuando somos jóvenes, la vida se
desarrolla de una manera muy natural,
aunque a veces hay excepciones, la mayoría de las veces nos sentimos
fluyendo con la vida. En esa edad hay
algo dentro que nos dice que todo es posible, que no existen los
inconvenientes, que solo se trata de seleccionar y experimentar lo que se
encuentra presente.
Con los años de vida, más bien dicho,
con los años de programación de todos los sistemas reinantes, este fluir de la
vida se comienza a complicar y cada vez vemos más inconvenientes para vivir
como deseamos y para resolver nuestros asuntos. Los padres se encargan de
explicarnos que no siempre todo es posible, la educación se encarga de
convencernos de que si no tenemos estudios superiores no somos nadie y los
sistemas económicos se encargan de convencernos de que somos dependientes de
las oportunidades del mercado y de la estabilidad de las economías mundiales.
De tanto participar de estas ideas
terrenales, vamos olvidando que somos más que un cuerpo físico que se
desenvuelve en esta dimensión tan limitada, restringida de imaginación y
creatividad y dejamos de ser conscientes de que nuestra existencia puede
manejarse desde niveles superiores, donde entra en juego la magia. Esta magia, no es la magia de los trucos,
sino, la magia de los poderes que tenemos en forma natural, debido a la razón
de lo que somos.
Si en estos momentos de tu vida te
sientes atrapado o sientes que las oportunidades están muy estrechas para ti,
puedes estar frente a una magnífica oportunidad para que reposes y hagas
memoria de cómo fuiste capaz de resolver asuntos muy importantes en el pasado
sin haber sentido esta incertidumbre y esta angustia que puede estar queriendo
alcanzarte hoy.
Retrocede en el tiempo y sitúate en
esa edad en que todo era fácil, sencillo, factible y real de alcanzar aun sin
saber cómo lo harías. Si tienes un buen recuerdo, notarás que muchas veces
generaste situaciones especiales que ahora te parecen verdaderos milagros. No
tuviste que estudiar algo especial para hacerlo, era una capacidad innata que
has dejado dormir con los años, porque te dejaste llevar por todo lo que
escuchaste de los demás.
La programación terrenal favorece el
adormecimiento de esa capacidad de generar situaciones sincronizadas y
fortuitas que se despliegan para colaborar a un plan de acción tan natural como
el aire, para que ejecutes aquellas acciones que decides realizar. Si recuerdas, te encontrarás con que alguna
vez decidiste comprar algo sin saber de dónde ibas a obtener el dinero
suficiente, el que apareció después por arte de magia. Esa decisión fue la que gatillo ese milagro. De la misma manera puedes recordar como lo hiciste con un
viaje, o con un mal entendido o con muchas otras situaciones que se resolvieron
como por arte de magia.
El recuerdo de tu capacidad para
hacer milagros en muy importante y aun mas importante es que la vuelvas a
utilizar. No se acostumbra a valorar estos poderes que tenemos y lo maravilloso
que somos en ninguna parte y solo por eso se nos olvida. Pero tú, en forma
personal, puedes restablecerla para hacerla tuya y vivir bajo este principio
que ha sido regalado en forma gratuita por el Padre a sus amados hijos.
Esta es la principal diferencia que
existe entre un padre terrenal y el Padre celestial. El Padre celestial no ha
puesto límites a sus hijos, está dispuesto a darles todo lo que anhelan y para
ello lo dotó de poderes magníficos para crear sus propias circunstancias según
su parecer. Es verdad que a veces nos equivocamos con nuestras creaciones, pero
eso no constituye ningún problema, podemos modificar y ajustar las creaciones
hasta que se sujeten al bien propio y al bien de la humanidad.
Podemos ser generadores de milagros
en forma permanente, podemos elegir lo que necesitamos y decidir que eso será
así aun sin saber cómo se hará. Nuestro trabajo no consiste en ver cómo se
harán los milagros, nuestro trabajo consiste solo en aceptarlos, idearlos,
llevarlos a la práctica y evaluar si están alineados al mayor bien de todos los
involucrados.
Si últimamente estás necesitando que
alguna puerta de abra delante de ti, simplemente acepta que la puerta se abrirá
y así sucederá, sin mediar los detalles. Tu decisión tendrá que ser libre,
segura y confiada, tal como lo hiciste cuando eras joven, sin ninguna duda de
que eso es real y posible.
La vida puede ser magia permanente
solo si recuradas que eres el mago dormido que se ha dejado convencer por los
demás que también se encuentran dormidos. Si tú recuerdas, si tú despiertas,
podrás hacer que los demás también lo hagan. Tus milagros pueden alcanzar todas
las áreas de tu vida, tu salud, tus relaciones y tu situación económica
también. No existe restricción en cuanto a tus poderes, eres y siempre has sido
un creador, un mago en todos los aspectos y lo sabes, claro que lo sabes, solo
lo tienes que recordar.
Patricia González.
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